En Two Lottery Tickets tres hombres de una ciudad de provincias se encuentran en una situación de necesidad económica, por lo que deciden comprar un boleto de lotería. Tras ganar, pronto descubrirán que los boletos han sido robados.

  • IMDb Rating: 7,5
  • RottenTomatoes: 93%

Película (Calidad 1080p. La copia viene con subs en español)

 

Tras su debut en 2012 con el drama juvenil minimalista A Month in Thailand, el director Paul Negoescu ha cambiado de rumbo con la comedia Two Lottery Tickets, que se ha proyectado en la sección Romanian Days del Festival Internacional de Cine de Transilvania; próximamente, Negoescu volverá al cine serio con el drama Never Let It Go. Comedia marcadamente independiente sobre tres holgazanes que compran un número de lotería y lo pierden justo antes de darse cuenta de que habrían ganado una fortuna, Two Lottery Tickets parece decidida a ofrecer al público rumano lo que más le falta: una comedia situacional sencilla que haga reír, a un tiempo, con los personajes y de ellos.

Producida por Actoriedefilm.ro (la escuela de interpretación y productora detrás de una de las últimas sorpresas del cine rumano, Love Building, de Iulia Rugină), Two Lottery Tickets está protagonizada por Dorian Boguţă en el papel de Dinel, un mecánico de provincias que está desesperado por conseguir dinero para ayudar a su novia a volver de Italia. Tras un día profundamente decepcionante en el trabajo, Dinel bebe con sus mejores amigos —el ludópata Sile (Dragoş Bucur) y el cerebral Pompiliu (Alexandru Papadopol)— y acaba comprando un número de lotería, con sorprendentes consecuencias.

Concebida con el público en mente, la comedia ofrece un abanico de situaciones interesantes y explora una cierta mentalidad provinciana. Aunque no es difícil conectar con los tres héroes, el guión —escrito por Negoescu— resulta a un tiempo familiar e insípido, y el film acaba recordando a una sitcom televisiva más de lo que le conviene.

Two Lottery Tickets es el primer largo rumano desde los 90 que ha sido fotografiado por una mujer (Ana Drăghici), y sus vivos colores aprovechan varias localizaciones acertadas (los héroes viajan a Bucarest), pero, en último término, la película solo es relevante en tanto que se enmarca en un cambio de rumbo largamente esperado en el cine rumano: una avalancha de produccciones de género, comedias en su mayoría, que se estrenarán a lo largo de la segunda mitad del año (Ştefan Dobroiu – CinEuropa.org)