Todos los festivales deberían programar películas de Johnnie To. Y todas las jornadas deberían terminar con un film de este maestro del cine de género. Es un antídoto perfecto ante tanto cine solemne y prefabricado que se ve hoy en día incluso en las muestras mejor programadas. Sus largometrajes pueden ser un poco mejores o un poco peores, pero To es un director sin límites y rebosante de ideas. No hay nada que esté prohibido, todo puede (debe) ser probado y finalmente concretado. La audacia es su norte, aunque no siempre el resultado sea el ideal (casi siempre está cerca de serlo). Ver su cine en pantalla grande (y no en la pequeñez de una computadora) es una experiencia vital e incomparable.

Three arranca con una operación de cerebro en un quirófano filmada con unos encuadres extraordinarios. Y el resto de la película (que va del drama a la comedia, pasando por el enfrentamiento entre policías y mafiosos) también está narrado por To con una precisión digna de la intervención más compleja. El cine del realizador de The Heroic Trio, Drug War, Breaking News y Fulltime Killer es puro disfrute, una acumulación de sorpresas e irreverencias, impecables protagonistas -un experimentado cirujano, una neuróloga, un criminal con una bala en la cabeza y el duro inspector Chen-, pero también notables personajes secundarios a cargo de los actores habitués del cine del director, humor negro cuando menos se lo espera y, claro, la irrupción de la violencia estilizada (el climax es un sangriento tiroteo con explosiones en el hospital que está filmado con maestría impar). Johnnie To en toda expresión y en toda su dimensión.