En Murina Julija parece enfadarse por momentos, y a pasos acelerados, por su situación familiar. Su padre no deja de darle órdenes a ella y a su madre, pero ella tiene sus propios sueños: venderle un terreno a un adinerado viejo conocido que está de visita.

Cámara de Oro a la Mejor Ópera Prima en el Festival de Cannes 2021
Mejor Interprete Revelación en los Premios Gotham 2021

  • IMDb Rating: 6,8
  • RottenTomatoes: 91%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

El mal humor adolescente alcanza una cota insólita en Murina, de Antoneta Alamat Kusijanović, vista en la Quincena de los Realizadores de Cannes. En ella, una chica llamada Julija (Entrevista a la actriz Gracija Filipović) parece enojarse por momentos, y a pasos acelerados, por su situación familiar. Claro que quizá con razón: su padre (Leon Lucev) no deja de darle órdenes a ella y a su madre (Danica Curcic), pero él tiene sus propios sueños, y la llegada de un adinerado conocido (Cliff Curtis) podría ser el ansiado punto de inflexión. Siempre que sean capaces de comportarse al menos durante un tiempo.

La historia resulta familiar al espectador, ya que el verano parece ser el momento idóneo para los deseos más pujantes y las revoluciones personales, o al menos lo era antes de la pandemia. Sin embargo Kusijanović logra esquivar el camino más obvio y más sexualizado, y de esta manera permite que su protagonista descubra las cosas por su cuenta, por decirlo en pocas palabras. Se arriesga con Filipović, que no es lo más expresivo de la película y termina dibujando una figura más bien opaca. Julija no se permite mostrar un ápice de debilidad, especialmente frente a su padre, y sin duda vive con una máscara puesta, lo que hace que resulte menos interesante.

O al menos en tierra firme, ya que se trata de una sirenita que tiene problemas con su padre, una sirenita siempre vestida con su bañador favorito, que es su armadura. El medio en el que se siente más cómoda es el acuático. Es donde se refugia, donde juguetea y donde ve su futuro con algo más de nitidez. O donde, en principio, puede plantar cara al pater familias de buenas a primeras.

Nunca se explica del todo por qué la dinámica de esta familia es tan extrema, Julia y su joven madre se sienten más como compañeras de cautiverio que como parientes, compañeras que hacen piña contra un abusón que claramente se ha olvidado de la edad de su hija y la sigue forzando a recitar poemas delante de sus invitados. ¿Todas estas interacciones parecen auténticas? Lo cierto es que no, ya que a pesar de todos los rostros interesantes del reparto, estos no terminan de encajar. Asimismo, el toque puntual a telenovela y el ballet acuático rozan lo ridículo, teniendo en cuenta lo complicado que es expresar los sentimientos con una máscara de buceo puesta. Ahora bien, aunque no se trata de la historia más original de autoafirmación, Kusijanović crea en Murina un ambiente que resulta atractivo. Atención con los destinos de vacaciones, porque siempre hay algo acechando bajo el agua y a veces es una adolescente con genio. (Marta Bałaga – CinEuropa.org)