Lords of Chaos es la historia de un joven que quiere darle un nuevo giro a la escena del black metal en Oslo, Noruega, y acaba teniendo consecuencias fatales.
- IMDb Rating: 6,5
- RottenTomatoes: 72%
Película / Subtítulos (Calidad 720p)
Sería difícil encontrar un director mejor cualificado para hacer una película sobre el célebre grupo de black metal noruego Mayhem que el sueco Jonas Åkerlund, y eso es precisamente lo que ha hecho en Lords of Chaos, que se proyectó en la sección Cult del Festival de Cine de Londres. En los 80, Åkerlund era el batería del grupo de metal sueco Bathory. Después de dejar la música, adquirió fama con los trucos visuales de sus asombrosos videoclips, que le han valido un buen número de los premios de música más prestigiosos del planeta. Su reciente documental, Rammstein: Paris, se llevó un UK Music Video Award a mejor película-concierto. Ha hecho piezas documentales sobre Madonna y Paul McCartney, así como videoclips para los músicos más relevantes de las últimas décadas, incluyendo Metallica, U2, Beyoncé, Rammstein y Lady Gaga.
Hasta ahora, sus largos de ficción han tenido un marcado carácter experimental, pero han cosechado mucho menos éxito.Su cinta de aventuras Spun intentó transmitir al público la sensación de estar colocado de metanfetamina, cosa que consiguió, quizás demasiado bien. Horseman (2009) es un desastre de proporciones bíblicas y Small Apartments (2002) vino y se fue sin ningún ruido. En Lords of Chaos, ha seguido una estructura más tradicional de tres actos, creando su trabajo más agradecido de ver hasta la fecha.
A modo de introducción, en la pantalla aparece la frase «Basado en hechos reales y falsos». Y es que, dadas las diferentes historias en torno a las relaciones de los miembros de Mayhem, Dead (Jack Kilmer), Euronymous (Rory Culkin) y Varg (Emory Cohen), la película solo puede basarse en conjeturas. A pesar del notorio juicio, la mayor parte de lo que pasó con el grupo a principio de los 90 siempre será un misterio. Åkerlund ha tratado hacer de Euronymous el personaje más identificable de esta historia sobre chicos que quieren rebelarse, hacer rock duro y vivir la vida al límite. Los hechos se narran con una voz sacada directamente de Sunset Blvd que hará las delicias de cualquiera que se haya perdido el suicidio de 1991 o el asesinato con final sorpresa de 1993.
Más de dos décadas han pasado deasde los acontecimientos de la película, y es un buen momento para que aparezca, pues ahora la historia puede contextualizarse en términos de privilegio blanco, masculinidad tóxica y la masacre de Utøya, que ha sido recientemente el centro de dos cintas muy diferentes, el film en un plano-secuencia Utoya, 22 de julio, de Erik Poppe, y la insípida 22 de julio, de Paul Greengrass. Por su parte, Åkerlund quiere comprender cómo un chico de clase media, de familia bien, pudo acabar siendo un autoproclamado satanista que quemaba iglesias. Esta es una película sobre imbéciles, y hacer una cinta con bufones como protagonistas es difícil; Åkerlund lo consigue, y de forma convincente. Vemos cómo Mayhem se convierte en una parte fundamental de la escena naciente de black metal noruego, asistimos a su cáustica separación y, por último, al asesinato; todo ello se narra a través de una estructura clásica en tres actos. Sin embargo, Åkerlund sí que se sirve de alguna secuencia con un montaje particular, así como de violencia y gore, en su narración de esta historia intrigante, bien interpretada y excelentemente construida. (Kaleem Aftab – CinEuropa.org)
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