En Les Cinq Diables Vicky, una niña extraña y solitaria, tiene un don mágico: puede reproducir cualquier aroma que le guste, y los recoge en una serie de frascos cuidadosamente etiquetados. Ha capturado en secreto el olor de Joanne, su madre, por quien cultiva un amor salvaje y desmesurado. Cuando la hermana de su padre, Julia, irrumpe en su vida, Vicky reproduce su olor y se transporta a recuerdos oscuros y arcaicos que la llevan a descubrir los secretos de su pueblo, su familia y su propia existencia.
- IMDb Rating: 6,6
- RottenTomatoes: 84%
Película / Subtítulos (Calidad 1080p)
“¿Tú me querías antes de existir?” Esta pregunta de una niña de diez años que descubre que el pasado de sus padres y, en particular el de su madre, no se parece mucho a la fotografía de matrimonio expuesta en la casa y en el trabajo de su progenitora es el punto de partida de Les Cinq Diables, el segundo largometraje de Léa Mysius (descubierta con Ava en la Semana de la Crítica de Cannes 2017), presentado en la Quincena de los Realizadores del 75º Festival de Cannes.
Desafortunadamente, a pesar de una demostración de muy buena calidad en la puesta en escena con espectaculares paisajes montañeses, se impone la sensación de que la directora se dejó convencer por una idea interesante sobre el papel pero muy complicada de llevar a la práctica puesto que la historia utiliza la fantasía para resolver los nudos reales, sentimentales y casi psicoanalíticos que impregnan la atmósfera. Se trata incluso de brujería innata. ¿Por qué no, pensarás, si ya hemos visto muchas veces que lo inimaginable toma forma en el cine para apropiarse sin reparos del alma del espectador? Pero para que esta alquimia o brujería funcione, los elementos (el agua, el fuego, la tierra y el aire) deben ser dominados a la perfección por el que o la que los manipule a riesgo de volverse contra su creador, en este caso una creadora.
¿De qué se trata exactamente? La pequeña mestiza Vicky (Sally Dramé) ha vivido diez años de amor y de felicidad con su madre Joanne, una profesora de aquagym (Adèle Exarchopoulos) y su padre, el bombero Jimmy (Moustapha Mbengue), que vino de Senegal. Acosada en el colegio debido a su cabello (al grito de “escobilla de váter”), Vicky ha desarrollado un olfato fuera de lo común (digno de Jean-Baptiste Grenouille en El Perfume). Asimismo, cuando su tía Julia (Swala Emati) llega de improviso (“no nos vemos desde hace diez años, son cosas que pasan cuando uno es adulto”, explica Jimmy), para disgusto de su madre, Vicky huele que algo no funciona. Y el hallazgo de una pequeña botella con un enigmático líquido negro la llevará al pasado de quienes la rodean, invisible a los ojos de todos salvo de Julia. Viajes de ida y vuelta temporales interactivos que desvelan grandes secretos…
Entrenamiento en el lago de 20 minutos como máximo en agua helada a 7° porque a esa temperatura se produce hipotermia y el corazón se detiene, fuego devastador y rostro desfigurado, amor pasional entre dos mujeres, peso venenoso de los rumores en una pequeña ciudad de provincia: Les Cinq Diables reconstruye el puzzle del pasado que se repite en el presente, y que a su vez da forma al pasado. Un bucle tentacular prefabricado que no convence, que no llega a componer una solución homogénea, aunque prácticamente todos sus ingredientes (sobre todo las intérpretes femeninas y la fotografía de Paul Guilhaume) por separado son de muy buena factura. Pero la brujería de la mezcla de géneros es un arte que reclama prudencia y la audaz Léa Mysius ganará en lecciones instructivas para el futuro pues el talento está ahí, pero tiene que canalizar la fuente. (Fabien Lemercier – CinEuropa.org)
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