En La Mesita del Comedor María y Jesús acaban de ser padres, pero su relación de pareja no pasa por el mejor momento. Están en crisis y tienen varios problemas. Lo que no imaginan ni en sus peores pesadillas es que la compra de una mesita para el comedor se convertirá en la peor decisión de sus vidas.
- IMDb Rating: 7,0
- RottenTomatoes: 83%
Película (Calidad 1080p)
Hay películas que, a pesar de su pequeño tamaño, acaban haciendo un gran estruendo. La Mesita del Comedor se ha ido agigantando gracias al éxito conseguido en diversos festivales a nivel global para alegría de sus creadores. Caye Casas y Cristina Borobia tuvieron que hacer malabares en un mes de producción puesto que el lugar de rodaje iba a estar impracticable el día después de que terminaran. Como si de un pacto con el diablo se tratara, les prestaron una casa que iba a tener una profunda remodelación siempre y cuando cumplieran con los plazos establecidos. Y lo consiguieron, vaya si lo hicieron. Diez días de ensayos, otros tantos de grabación y prueba superada sobre la bocina. El low cost no implica menor qualité. La mesita del comedor demuestra que con trabajo, talento y, permitidme, un poquito de mala hostia, se pueden realizar grandes películas.
Hace cinco años entrevistábamos a Caye Casas tras llamarnos la atención tanto Matar a Dios como RIP, película y cortometraje que el FANT tuvo a bien proyectar una vez que habían sido justamente premiadas en el Festival de Sitges. Por aquel entonces, este cineasta nacido en Terrassa tenía como inseparable compañero de fatigas a Albert Pintó. A partir de entonces, separaron sus caminos. Mientras que, en todo este tiempo, Pintó había llevado a buen puerto Malasaña 32 y Nowhere, aguardábamos pacientemente el debut en solitario de Caye Casas. La espera ha merecido mucho la pena.
Ajustándonos al deseo del director, no revelaremos el punto clave de La Mesita del Comedor. En la presentación que tuvo lugar en la undécima edición de Tracking Bilbao, Borja Crespo denominó la cinta como “gore psicológico” ante los atónitos espectadores que nos encontrábamos en la Sala BBK. Coincido en que, para que la experiencia sea plena, el conocimiento del argumento debe de ser el mínimo. Lo que sí podemos garantizar es que durante hora y media el sufrimiento, la crueldad y las risas (que hasta os avergonzará tener) estarán a la orden del día.
No sabemos qué tiene Caye Casas contra David Pareja pero si en Matar a Dios ya hacía pasar las de Caín a su personaje, en La Mesita del Comedor lleva el mal rato hasta sus últimas consecuencias. En un proceso juguetón, Casas bautiza como Cayetano al más pequeño de sus personajes, aunque su nombre no será la mayor de las maldiciones. No os llevéis a engaños. La mesita del comedor NO es una película de terror a pesar de que pueda helar la sangre. Es un largometraje que se aleja de fórmulas conocidas para instalarse en lo más profundo de vuestra psique. Prometemos que, si os armáis de valor para ir al cine, no la vais a olvidar.
Pareja comparte protagonismo con Estefanía de los Santos. La actriz sevillana cuenta con una filmografía más que envidiable. Grupo 7, Que Dios nos Perdone, La peste o, la muy reciente, Mentiras pasajeras ponen de manifiesto el talentazo de toda una nominada al Goya. En esta ocasión, De los Santos se mete en la piel de María, mujer que acaba de ser madre pero, no por ello, pasa su mejor momento. Aunque es esta pareja quien lleva el peso de la historia, no sería justo pasar por alto al resto de la nómina interpretativa. Viejos conocidos de Casas como Josep Riera o Itziar Castro comparten pantalla con Elisa Riera y, el muy desternillante, Eduardo Antuña. Desde que usara la fuerza en La Comunidad este secundario tan particular se ha convertido en actor fetiche de David Trueba (Saben aquell).
Si bien he prometido no revelar nada del argumento de La mesita del comedor para no estropear la inmersión de la vivencia, daré un par de pinceladas sobre su argumento. Tras mucho tiempo buscando un hijo, Jesús y María están acabando de amueblar una casa que han recibido por herencia. La trama arranca en un trasunto de IKEA con el mencionado Antuña dando vida a un comercial charlatán de tres al cuarto que está a punto de cerrar la venta de una mesa, la mar de horrible, a los recientes padres. En esta conversación inicial ya intuimos grietas en la relación como consecuencia de la inseguridad de Jesús por su nueva condición y, también, por el carácter mandón de María. Como no podía ser de otra forma, La Mesita del Comedor acabará formando parte del mobiliario del hogar… y hasta aquí podemos leer.
El guion, firmado conjuntamente por el propio Casas y Cristina Borobia, quien también hace las veces de (estupenda) directora de arte y presta su apellido al pequeño Cayetanín, funciona a las mil maravillas. La Mesita del Comedor es una pesadilla que merece ser vivida. La tensión, en constante aumento, unida a la brillante ejecución hace palidecer a producciones de mucho mayor presupuesto. Caye Casas vuela solo y vuela alto apostando el todo por el todo con una arriesgadísima historia que permanecerá, por siempre, en vuestra memoria. Si os falta un tornillo, id a verla. (Sergio Fernandez Atienza – ZonaNegativa.com)
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