En Flow un gato se despierta en un mundo cubierto de agua, donde la raza humana parece haber desaparecido. Busca refugio en un barco con un grupo de otros animales. Pero llevarse bien con ellos resulta ser un reto aún mayor que superar su miedo al agua. Todos tendrán que aprender a superar sus diferencias y adaptarse a este nuevo mundo en el que se encuentran.
Premio del Público y Premio Especial del Jurado en el Festival de Annecy 2024
Mejor Film de Animación 2024 en los Premios del Cine Europeo (EFA)
- IMDb Rating: 7,9
- RottenTomatoes: 94%
Película (Calidad 1080p)
El año 2024, ha sido generoso con la animación. En especial, porque varios de los grandes éxitos de crítica y taquilla, pertenecen al género. Pero, quizás, el proyecto más inclinado hacia explorar en sus bondades, sea Flow, un mundo que salvar del director Gints Zilbalodis. Eso, debido a que la historia de un gato en medio de un mundo sin humanos, es algo más que una fábula. También, es una historia que convierte la aparente sencillez de su premisa, en una exploración sobre el amor, la lealtad y el sentido de la aventura. Todo, sin una sola palabra. Por lo que la cinta ya cuenta con una nominación a Mejor Película animada en los Globos de Oro 2025. En especial, por contar un mundo que, sin ser del todo distinto al nuestro, resulta original y novedoso.
A diferencia de cintas como Moana 2 o la exitosa Inside Out 2, Flow, un mundo que salvar, es mucho más un experimento visual y de guion. Eso, al poner el énfasis en el comportamiento natural de sus personajes — todos animales —, mientras recorren lo que parecen los escombros del mundo humano. La cinta, evita canciones, coreografías o cualquier otro giro artificioso, para reflexionar acerca de sus temas principales a través del azar. Por lo que su trama, se vuelve cada vez más impredecible, hasta su conmovedor final.
Para analizar a fondo su curiosa perspectiva, te dejamos tres razones para ver Flow, un mundo que salvar. Desde su estilizada animación, hasta los riesgos que el argumento corre para reflexionar sobre la vida, la muerte, la trascendencia y la esperanza. Eso, en medio de un relato que cautivará tanto a los adultos como a los niños. Una combinación que convierte a la película en una de las películas a tener en cuenta para la próxima temporada de premios.
La cinta, una coproducción entre Dream Well Studio, Sacrebleu Productions y Take Five, innova tanto en la forma de contar su historia, como en lo tocante a la animación. Eso, al concentrar el peso de su premisa en escenas de considerable belleza visual y personajes entrañables, que, sin decir una palabra, sostienen una historia compleja. El guion de Matiss Kaza y Gints Zilbalodism enfoca su atención en un gato negro, que atraviesa un mundo de ciudades vacías, en la que la naturaleza lo es todo.
Mucho más, que la mera presencia humana es una rareza a todo nivel. La película no ofrece detalle de qué ha ocurrido o qué tanto tiempo ha transcurrido desde la que la raza humana desapareció. Lo que permite que los escenarios sean más salvajes, radiantes y llenos de vida, que solo escombros. De hecho, la cinta hace especial hincapié en que la vida silvestre recuperó los espacios y lugares, que antes ocuparon las obras de la civilización. Por lo que ahora, se alzan entre la maleza, árboles y todo tipo de vegetación como monumentos olvidados.
La cinta es meticulosa al mostrar este mundo vacío, habitado únicamente por animales, lo que brinda a varias de sus escenas un aire de aventura intrépida y desconocida que sorprende. Por lo que, en gran medida, su argumento atraviesa un escenario que resulta deslumbrante en las decisiones visuales que toma para profundizar en la trama. De enormes monumentos vacíos, hasta calles, autopistas y coches abandonados, el mundo en que se mueven los personajes es una rareza en historias animadas semejantes.
Buena parte de la efectividad de la Flow, un mundo que salvar, proviene de la sensación de que lo que ocurre en su trama, no necesita mayores detalles para funcionar. De modo que solo ofrece la mínima información acerca de sus personajes, lo que sucedió antes de la llegada de cualquiera de ellos o lo que ocurre más allá de sus peripecias.
Puede parecer un recurso audaz — en especial, porque hace que el guion deba sostenerse sobre las imágenes antes que en diálogos —, pero que, en el caso de la cinta, la hace más sensorial y profunda. El dominio de los animales, no se refleja en el desorden o el caos, sino en una época remota, que deja a su paso algunas sugerencias de lo que ocurrió. El argumento es especialmente hábil, al mostrar, a través de casas vacías, construcciones sumergidas y las nuevas relaciones que establecen los animales, que el ser humano ya no habita el mundo. ¿Se trata de un apocalipsis? ¿Un fenómeno natural?
Aunque la premisa deja entrever una posibilidad de lo que pudo haber sucedido, su verdadero interés no es dar explicaciones. De hecho, solo se atiene a los objetos, situaciones y circunstancias con las que tropiezan sus personajes. Lo que permite a la película, construir su propia dinámica. Importa menos el suceso — cualquiera que este sea — que ha ocurrido, que la vida, las decisiones y lo que rodea a sus protagonistas.
Al apostar por la sencillez, la cinta juega con varios giros de argumento, en apariencia espontáneos, para explorar en su relato. Por lo que la persecución del gato negro, personaje central de la premisa, pronto se convierte en una travesía a través de un fenómeno peligroso. En medio de este mundo desolado, silvestre y profusamente habitado por todo tipo de criatura, comienza a suceder otro suceso inexplicable. Una inundación que amenaza el precario equilibrio en que todos los personajes viven.
A medida que deben salvar la vida — y forjar alianzas entre sí —, los animales exploran terrenos más elaborados, pero sin llegar a ser humanizados. Lo que convierte a Flow, un mundo que salvar, en una interesante versión del cine mudo, con un sofisticado apartado visual y protagonistas entrañables y carismáticos. Una apuesta al poder de los grandes temas universales — como el amor, el compañerismo y la solidaridad — que la convierte en una de las grandes cintas del año. (Aglaia Berlutti – HiperTextual.com)
Share your thoughts