En Demons un samurai ronin solo vive para poder consumar su sed de venganza contra aquellos que le despojaron de cuanto le rodeaba. Un estudio acerca de cómo la manipulación y los sentimientos interesados pueden llevar a un hombre a perder todo ideal.

  • IMDb Rating: 7,9
  • RottenTomatoes: 100%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

En el frío nocturno gotas de sudor adornan la aterradora expresión del ‹ronin›, en medio del silencio este descubre los cuerpos inertes de su pareja y su ayudante; esta visión no es un presente, no es el acontecimiento inmediato, y de lo mismo lo hace consciente su pareja al saludarlo. Así inicia una historia de muerte, del abandono de la fe, de la entrega a la sangre, a la catarsis vengativa.

Una prostituta es el amor del ‹ronin›, pero su romance no peca de ideal (al menos al comienzo) pues la mirada del espadachín es crítica, cuestiona constantemente los afectos de la mujer y la hace a un lado cuando uno de sus camaradas así se lo pide. Ella se comporta como una figura ponzoñosa que endulza el oído con caricias, aunque las mismas no penetran con violencia definitiva en el protagonista. En estos primeros compases se fragua una estructura que recuerda al cine negro, pues ahí está la ‹femme fatale› que genera la realidad problemática y al mismo tiempo el decadente detective que más adelante emprenderá la cacería, aunque quizás más que la estructura sea la estética lo ‹noir› de Demons, porque esta es literalmente toda negra, toda oscura, como si estuviésemos siempre en el recinto de los animales nocturnos, estos que meditan en silencio dentro de los matorrales, moviéndose con lentitud, siendo ignorados por sus presas y, así mismo, la cinta va a un ritmo tranquilo, aguardando y reposando en cada uno de los bellos planos hasta que la muerte emerge con una violencia imparable, incontenible, insuperable. El corazón apuñalado del ‹ronin› deja salir un humor negro, perverso, que lo consume todo sin ningún reparo de misericordia, pues es la trampa de la prostituta (una traición que era previsible) la que lo lleva a abandonar cualquier reparo de moralidad que pudiese sostener.

Es interesante como el escepticismo inicial del amor luego se traduce en una pasión desbordante, pues el corazón imposible de traicionar se vuelve frágil antes las dulces y “honestas” palabras de una confesión clandestina, es la promesa de amor eterno que prefiere la muerte antes que la distancia del ser amado la que convence al ‹ronin›. Después de esta fe despierta viene la traición, y aunque esta no amerite una reacción tan violenta es esencial también la idea del honor samurái en medio del sentido del deber del protagonista, porque los ideales también son una condena, y el rapto de la mujer (aunque sea consensuado) ha de cobrarse con sangre, pero multiplicada porque la venganza también es una forma de demostrar el poder, la superioridad, y lo que vale el meterse con un asesino.

La segunda mitad de Demons es básicamente un festín de sangre en el cual la figura del demonio se revela, la actitud prudente del ‹ronin› cambia de forma radical por una perversa y devoradora, dispuesta a todo con tal de cumplir su cometido.

Así se desenvuelve esta historia trágica llena de la belleza sombría del luto, que dejara al espectador envenenado, con un dolor agrio en el que todo queda vacío y libre de cualquier salvación. (Nelson Galvis – CineMaldito.com)