En Beyond the Infinite Two Minutes, Kato, propietario del Café Phalam, regresa su apartamento tras terminar la jornada y se ve a sí mismo hablándose desde la pantalla de su ordenador: «Soy el yo del futuro. Dos minutos en el futuro». La pantalla de su casa y la del ordenador del café están conectadas de alguna manera. Kato vuelve a su establecimiento y, junto a clientes habituales, empieza a explorar este fenómeno.

  • IMDb Rating: 7,3
  • RottenTomatoes: 98%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

Con dos premios en el último BIFFF, incluyendo el de la crítica, la primera película del cineasta japonés Junta Yamaguchi llega para ocupar un hueco en el corazón de los aficionados a las historias sobre paradojas provocadas por los viajes en el tiempo. La novedad es que el futuro de Beyond the Infinite Two Minutes es de apenas dos minutos respecto al presente y al agradecido uso del plano secuencia como herramienta. Estará presente en Sitges 2021.

Si hace nada se revitalizó (otra vez) el cine de zombies con la simpática One Cut of the Dead, ahora llega en turno de los atascos temporales. Este infinito delay paradójico es otra muestra de lo brillante y sencillo que puede ser a veces el género fantástico. En poco más de una hora, Yamaguchi cuenta una ambiciosa y rocambolesca historia desde un loop temporal capaz de volarnos la cabeza.

El dueño de un café se descubre a sí mismo en la pantalla de su televisión y se anuncia que lo que está viendo es su propia versión del futuro dos minutos después. A partir de esa premisa, la historia irá atrapando a los diferentes personajes que pueblan ese café hasta llegar a una conclusión asombrosa.

Tal vez todo esto pueda parecer una nadería si lo comparamos con títulos tan grandes como Tenet, por poner un ejemplo reciente, pero el arrojo y la inventiva de la producción contagia sus ganas de diversión. Y eso es porque a Yamaguchi lo rodea Europe Kikaku, una compañía teatral que se mete de lleno en su primer largometraje.

Tras su apariencia modesta, con apenas setenta minutos de duración, una única localización y sin (apenas) efectos especiales, Beyond the Infinite Two Minutes muestra una enorme ambición a través de un vertiginoso relato sobre paradojas temporales en una única toma. Los amantes de la ciencia ficción de bajo coste disfrutarán del ingenioso guión y su puesta en escena. La ilusión de continuidad que ofrece el plano secuencia, aunque todo aquí parezca de broma, también permite que los personajes, todos excesivos, acaben resultando tan encantadores como su microaventura.

Esos personajes únicamente aprovechan la situación para fanfarronear o rizar el rizo del absurdo en lugar de tratar de cambiar el mundo, algo que claramente es mucho más difícil de realizar si solo dispones de dos minutos de anticipación temporal. Por supuesto, Yamaguchi también deja entrever el poderío filosófico y moral del asunto, y se pregunta si realmente somos prisioneros de nuestro destino, aunque afortunadamente nunca abandone la comedia.

Beyond the Infinite Two Minutes (que muy posiblemente encuentre título en castellano en algún momento antes del festival), equilibra la pesadumbre existencial ​​con un tono siempre alegre, mostrando las infinitas posibilidades que tendríamos para desviarnos de nuestro destino predestinado.

A pesar de algunos leves problemas de logísitica  (¿¿¿Pero cuánto miden los cables de esos televisores???), Junta Yamaguchi logra un satisfactorio y equilibrado balance entre entretenimiento y filosofía a través de una historia que, curiosamente, nunca deja de avanzar a pesar de estar condenada a un loop infinito. (Kiko Vega – Espinof.com)