En Anatomy of a Murder, Frederick Manion, un teniente del ejército, asesina fríamente al presunto violador de su mujer. Ella contrata como abogado defensor a Paul Biegler, un honrado hombre de leyes. Durante el juicio se reflejarán todo tipo de emociones y pasiones, desde los celos a la rabia. Uno de los dramas judiciales más famosos de la historia del cine.
Mejor Actor Festival de Venecia 1959
- IMDb Rating: 8,1
- RottenTomatoes: 100%
Película / Subtítulo (Calidad 1080p)
Otto Preminger ya era un reconocido y consagrado cineasta para fines de los ’50 cuando se embarco en un proyecto polémico por tocar temas en pantallas explícitos en su temática sexual como nunca antes, a la vez que hacer una minuciosa critica incisiva, mordaz e inteligente al sistema jurídico norteamericano. El crimen en cuestión que remite al titulo del film es abordado en las instancias de un juicio, donde sus diversos personajes protagonistas y las circunstancias que se suceden dejan al descubierto un mensaje fuerte, amargo y real.Anatomy of a Murder forma parte del subgénero de juicios. A contramano del thriller judicial más convencional, a Preminger no le interesa en caso en sí y sus recovecos. El autor austriaco nos seduce analizando el crimen, pero finalmente se centra en sus personajes y la dudosa moralidad de estos, adentrándose en sus mundos y sus motivaciones. El guión de la película omite las escenas privadas del asesinato y se centra en las etapas del juicio. En el enfoque sobre la temática general del film es novedoso y hasta escandaloso para la época. Las figuras principales tanto como secundarias de la película están muy bien tratadas en la comprensión de sus conductas que deja al descubierto el maniobrar en los estrados de los juicios, en su más descarada expresión.
Otto Preminger no juzga a sus personajes ni elucubra ningún tipo hipótesis acerca de la conducta ética sobre lo que narra y en la dualidad que respira el film teje su mayor virtud. No hay victimas ni victimarios, culpables ni inocentes. Nada es absoluto y la moral se ajusta a las circunstancias. Se exponen los hechos de forma cruel y cotidiana. Con inteligencia y un manejo del lenguaje cinematográfico envidiable aborda temáticas universales conflictivas para el hombre. El dilema moral que despierta la fina línea que separa la verdad de la mentira ha sido a lo largo de la historia un laberinto humano insoslayable. Dueña de un realismo descarnado, defendiendo lo indefendible: el ser humano es desnudado en sus intenciones y las consecuencias son devastadoras para todos: la mujer será castigada, el asesino puesto libre, el abogado no se saldrá con la suya y la justicia habrá sido burlada de la forma más desvergonzada.
La dirección que plantea Preminger en Anatomy of a Murder se distingue por completo de la que por aquellos años ponía de moda Sidney Lumet, un autentico experimentado en dirigir películas de temáticas de thriller judicial. Tomando distancia de la febril y fervorosa Twelve Angry Men, este film se propone mediante un método menos teatral y artificioso, pero más recatado y natural, mostrar de manera implacable un sistema judicial evidenciado en sus propias fallas. Desde el sorprendente montaje, la cuidada fotografía en blanco y negro hasta la exquisita banda sonora de jazz que adorna el relato, prueba que Premingter era un adelantado a su época.
El reparto lo encabezan figuras de lujo indiscutido: James Stewart, Arthuer O’Connell, George C. Scott, Ben Gazzara y Lee Ramick son un seleccionado con el que cualquier director desearía contar. Para James Stewart este representa un protagónico en las antípodas de su usual perfil bondadoso, humano y justo personificando al ciudadano norteamericano ideal.
Otto Preminger fue uno de los grandes realizadores del cine norteamericano. Europeo de origen, su mayor hito en Hollywood fue dirigir Laura (1944), obra cumbre del drama policial. Una década y media después se despachó con este thriller clasico referente, de su filmografía que hoy medio siglo después no ha perdido vigencia. Un perfecto ejemplo de un cineasta rotundo, preciso e incontrastable. (Maximiliano Curcio – EnClaveDeCine.com)
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