En Cléo de 5 à 7, una joven cantante, espera impaciente los resultados de un examen médico. Cuando una adivina que lee las cartas le revela que tiene cáncer y que puede morir, su inquietud aumenta. Tratando de ocupar su tiempo a la espera de los resultados, Cléo conoce a un joven soldado, a punto de partir para hacer el servicio militar en Argelia, al que confía su temor a la muerte.

  • IMDb Rating: 8,0
  • RottenTomatoes: 96%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

Obra emblemática de la Nueva Ola francesa, Cléo de 5 à 7 es el segundo largometraje de Agnès Varda. Cincuenta años más tarde, la película tiene la misma fuerza.

Cléo de 5 à 7 nos lleva al París animado de comienzos de los años sesenta. Agnès Varda filma con total libertad las calles, la gente y a su actriz, Corine Marchand, quien interpreta a una joven cantante que pasa el tiempo esperando los resultados de unos análisis médicos convencida de que son algo malo para ella. La película comienza llena de color en donde una echadora de cartas y luego pasa a un sublime blanco y negro cuando la joven ve la desgracia en el tarot. Convencida de que la muerte está cerca, la joven supersticiosa interpreta todo lo que vive durante esas dos horas (de 5 a 7) como señales de la llegada de la muerte. Entonces conoce a un joven militar que le abre los ojos al mundo.

Cléo de 5 à 7, la segunda película de Agnès Varda, una de las representantes de la Nueva Ola francesa, también se conoce por la famosa secuencia «Les fiancés du Pont Mac Donald», una minipelícula en la que participan algunos de los amigos de la directora, como Jean-Luc Godard y Anna Karina.

Agnès Varda (Visage Villages) encontró en la Nouvelle Vague el refugio perfecto para el cine radical que desde siempre pretendió (y que a sus 89 años sigue haciendo). “Me sirvió para intentar trabajar la estructura, para crear en tiempo real con geografías reales. Y para intentar descubrir lo que el arte contemporáneo podía aportar al cine”. Y eso queda perfectamente demostrado en Cléo de 5 à 7 uno de los títulos más emblemáticos de la etapa narrativa, previa a su adscripción al documental y la no ficción. La cineasta recrea con humanidad y delicadeza la historia de Cléo, una cantante que espera ansiosa los resultados de un examen médico, y que tiene la intuición de que no depararán buenas noticias. El film enfrenta el miedo a la muerte de esta joven que comienza a ver la vida (a agarrarse a ella) de una manera menos frívola de lo había hecho desde ese momento. Cine humanista y humano, como el que defiende con espíritu irreductible la cineasta, que encaja perfectamente con el espíritu ‘nuevaolero’ por su reivindicación de la libertad como condicionante necesario a la hora de hacer cine. Algo que siempre ha perseguido Varda, que cuando recogió el premio Donostia en San Sebastián reclamó menos galardones y más dinero para seguir haciendo películas (Fernando Bernal – OtrosCinesEuropa.com)