En Sleep una mujer embarazada comienza a preocuparse por los hábitos de sueño de su esposo. Lo que comienza poco a poco como un sueño ligero en el que habla pronto se intensifica y se convierte en un comportamiento inesperadamente grotesco. Ambos consultan a una clínica del sueño sin éxito y, a medida que aumenta su comportamiento de pesadilla, buscan desesperadamente la ayuda de un chamán.
Mejor Actriz en los Blue Dragon Film Awards 2023
- IMDb Rating: 6,6
- RottenTomatoes: 78%
Película / Subtítulos (Calidad 1080p)
Formado como asistente de dirección de Bong Joon-ho y colaborador en varios trabajos de Lee Chang-dong, Jason Yu debutó en el largometraje con Sleep, film que cabalga entre el drama, el terror, el suspenso y el humor, y que tuvo su estreno mundial en la Semana de la Crítica del último Festival de Cannes.
Sobre negro transcurren los créditos iniciales al compás de un ronquido. Siempre consideré que este sonido perturbador para el sueño sería causa suficiente para la imposibilidad de permanencia en una relación de pareja. Es que poder dormir bien es un hecho que damos por sentado hasta que se convierte en un problema. Pero el ronquido de Hyun-su (Lee Sun-kyun) será una canción de cuna comparado con los problemas que deberá enfrentar el reciente matrimonio, completado por Soo-jin (Jung Yu-mi).
Un cartel en la pared del departamento anuncia la premisa, el mandato del hasta que la muerte los separe del matrimonio: “Juntos podemos superar cualquier cosa”. Soo-jin es una mujer tenaz, es la que manda en la relación, es quien no renuncia y está dispuesta a todo para llevar adelante el lema hasta sus últimas consecuencias. Él, con su tendencia a la derrota, actúa de contrapunto. Renuncia a un rodaje en particular y a su carrera de actuación en general, necesita que su esposa le diga a qué médico ir, cuándo tomar su pastillas. Ambos esperan una niña y llegado el punto de su inminente nacimiento, no habrá lugar para dos bebés.
La pareja está atravesando el portal hacia este nuevo capítulo de sus vidas, ser padres primerizos. Si bien los vemos enamorados, felices, el hecho de tener un hijo puede ser totalmente aterrador. Cómo estar seguros de que estará a salvo, de que serán buenos padres y, es más, cómo saber que la persona a la que quedarás unida por el resto de tu vida (divorcio o no de por medio) es la indicada o la conocés por completo. Uno de los aciertos de Sleep es introducir esta dimensión del drama desde un ángulo inquietante. ¿Qué pasa cuando el defecto de tu pareja es algo sobre lo que él mismo no tiene control, cuando es involuntario (como lo es el ronquido en su versión más moderada)? Y aún más, ¿qué pasa cuando la más inocente acción que es dormir se convierte en una amenaza? ¿Y qué pasa cuando esa amenaza sucede en el refugio del hogar?.
Sabemos que no dormir es parte de la vida de quienes acaban de ser padres y que el miedo sobre el bienestar del pequeño, sobre todo el primogénito, es usual. Pero hasta qué punto puede afectar la falta de un buen descanso en la psiquis de alguien, hasta qué punto el cuidado esperable puede llevar a una sobreprotección tóxica y paranoica.
Sleep transita estas preocupaciones a medida que Jason Yu construye la trama, el tono y el ritmo con habilidad atrapante, mientras el drama y el terror conviven con el suspenso y el humor. La mayoría de los planos son más bien naturalistas e íntimos, y la familiaridad del hogar (donde transcurre la mayor parte del film) comienza a volverse progresivamente claustrofóbica y amenazante.
El terror psicológico se tiñe de ambivalencia entre ciencia (que el problema de Hyun-su se explique por una alteración de sueño en la fase REM) y la mística (que esté poseído por el vecino muerto). Las escenas del consultorio aciertan con recursos como cuando el médico le muestra unas ilustraciones sobre las posibles afecciones del síndrome, que le diagnostica a Hyun-su, que son un calco de los extraños comportamientos que lo vimos tener las noches precedentes, enrareciendo el cada vez más caldeado escenario a medida que nos sumergimos en la subjetividad de la protagonista.
El director demuestra la comodidad con la que se mueve entre sutilezas de distintos géneros para crear su tono particular. Soo-jin va a perder la fe en el médico tradicional para inclinarse por una chamana a medida que su inestabilidad psicológica, junto con el peligro de los episodios del sonámbulo, escalen. Me resulta particularmente oportuna la sensación de impotencia ante la medicina y la psiquiatría tradicional que desliza la película, cuando la mayoría de las cada vez más crecientes afecciones actuales (como la depresión, la ansiedad, el estrés) parecen escaparle al alcance de estos enfoques.
Los personajes secundarios son curiosos y funcionan muy bien para dar respiros por momentos o dotar a la trama de un ritmo bien llevado. La vecina algo metida, algo sospechosa, que pondrá en duda el mandato del matrimonio, con su hijo que las pocas apariciones que tienen son geniales quizá simplemente por su presencia, su corte de pelo, su expresión; el médico y su enervante diplomacia; la madre, primera en abrir la dimensión espiritista y otra de las mujeres que le cuestiona a Soo-jin la fidelidad ciega su esposo; y hasta el mullido perrito, que aportará también unos toques cómicos y trágicos.
Los planos, si bien en líneas generales funcionan con austeridad, no dejan de apostar a un poder simbólico dentro de su minimalismo (como cuando en cierto punto de Sleep la camaradería de la pareja se ve realmente amenazada, vemos sus pies separados por el marco de la puerta que divide el plano en dos rompiendo una unión que parecía capaz de todo). Por eso hacia final, se sintió algo forzada la resolución que de algún modo se inclina por lo sobrenatural (aunque tampoco podamos -ni interese- estar seguros), destacando el artilugio con un arte fuera de tono dentro de la simplicidad y, aunque enrarecida, verosimilitud que venía construyendo. ¿Cómo y cuándo Soo-jin convirtió su casa en un decorado? Innecesario. Así y todo hay planos que se disfrutan, como los que juegan con la luz del proyector y los primeros planos que nos muestran el rostro aterrador de nuestra protagonista teñido de rojo. Es desalentador que flaquee en su momento de clímax, pero no por eso deja de ser positiva la balanza para Sleep, una ópera prima con aciertos que hacen merecedor su visionado. (Sofía Rozenwurcel – OtrosCines.com)
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