En Compliance Becky es una chica que es detenida en su jornada laboral, acusada de robar dinero de la cartera de una cliente en el restaurante de comida rápida en el que trabaja. Con este arresto comenzará una pesadilla para ella y los que la rodean, y se pondrán a prueba los límites de la prudencia, la legalidad y la docilidad ante la autoridad.

  • IMDb Rating: 6,4
  • RottenTomatoes: 89%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

Tres meses después de la captura y posterior ejecución de Adolf Eichmann por crímenes contra la humanidad, Stanley Milgram, uno de los más importantes psicólogos del siglo XX, planteó una serie de experimentos que consistían en mesurar el nivel de conformidad y obediencia del individuo ante una figura autoritaria. Es decir, Milgram quería conocer hasta donde podríamos llegar en una situación éticamente cuestionable. Los resultados de esta prueba probaron que el individuo, ante la orden de una figura con cierta autoridad, podría llegar a cometer actos de clara bajeza moral. Parece ser que Craig Zobel, que confiesa tener un profundo interés por la psicología, se sintió atraído e influenciado por estos exámenes mentales que propuso Milgram a la hora de llevar a cabo el que, hasta la fecha, es su último filme estrenado, Compliance (2012). Su paso por Sundance generó opiniones encontradas. De hecho, parte del público abandonó la sala durante su proyección, si bien el tema controvertido tratado ayudó a que este pequeño filme se propagase de boca en boca a lo largo y ancho de Park City. Aunque la historia parece demasiado absurda y retorcida para ser real, Compliance está basada en hechos reales ocurridos en diferentes establecimientos en los Estados Unidos – si bien se dice que el realizador centró su atención en lo acaecido en el año 2004 dentro de un McDonalds en el estado de Kentucky –. La acción llevada a cabo en repetidas ocasiones consistía en que la persona al otro lado del teléfono, haciendo uso de un número de prepago, se hacía pasar por oficial de policía y advertía a los responsables de restaurantes de comida rápida en plena rush hour que uno de sus trabajadores había robado a uno de sus clientes, por lo que esta persona debía estar confinada hasta que la policía hiciese acto de presencia en el lugar de los hechos. De esta manera, podía perpetrar el abuso de poder.

Podemos hallar conformidad en Compliance en el hecho de que estamos acostumbrados a la comodidad – que suprime muchas veces al propio pensamiento – , a la sumisión, a trabajar en cadena respetando siempre una escala jerárquica y acatando todas y cada una de las reglas impuestas. Porque la autoridad impone, y mucho. Pero, en otro nivel, también podemos adivinar asentimiento en el repetitivo diseño de este tipo de locales, en la comida que sirven, en el uniforme utilizado, en la sensación de estar comiendo cualquier cosa en ninguna parte y no importarte lo más absoluto. Tal es la apatía que ni siquiera te muestras disconforme. Todo parece dispuesto para que así lo sea. Incluso el director utiliza algunos planos generales del interior del establecimiento para mostrar quizá el grado de desidia de una clientela solo preocupada por saciar su apetito, el nivel de desgano de los empleados que trabajan como máquinas en un ambiente que no invita a mucho más. También vemos, con cierta frecuencia, planos detalle que nos obligan a ser testigos de todo lo que se cuece – y se fríe – en este restaurante de comida rápida. Incluso la música, la escasez de diálogos y unos actores que no lo parecen – pues actúan con total naturalidad, destacando a unos sobresalientes Ann Dowd y Bill Camp – contribuyen a crear un ambiente sofocante que produce una constante tensión, a la vez que dan una total verosimilitud a la historia.

Lo que quizás busque Craig Zobel después de todo sea provocar un sentimiento de malestar en el público tal que, una vez terminado el metraje, este se plantee si la conformidad de la que habla la película podría pasar a ser complicidad después de todo, si reaccionaríamos de igual manera ante tal situación o nos rebelaríamos ante una autoridad aparentemente probada. (Julio Mogollón – ElAntepenúltimoMohicano.com)