The Limey trata sobre Wilson, un duro ex-presidiario inglés, quien viaja a Los Ángeles para vengar la muerte de su hija. En cuanto llega, se enfrenta a Valentine y a un ejército integrado por los más duros criminales de Los Ángeles, con la esperanza de hallar pistas y armar el rompecabezas. Tras sobrevivir a una brutal paliza, y ser perseguido en el descenso de una peligrosa carretera de montaña, Wilson decide reaccionar y, muy pronto, en Los Ángeles todos sabrán que el «Inglés» está en la ciudad.

Mejor Actor Principal – Drama (Premios Satellite 1999)

  • IMDb Rating: 7,0
  • Rotten Tomatoes: 92%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

Un presidiario que ha  pasado gran parte de su vida en la cárcel, cuando está apunto de salir de ésta recibe la noticia de la muerte en extrañas circunstancias de su hija. Una vez en la calle viaja hasta Los Ángeles para investigar qué es lo que en realidad ha ocurrido con ella. Allí se enfrentará a un productor musical y ex amante de su hija, que dirige a todo un grupo de crueles asesinos. Pero nadie le podrá hacer desistir de su empeño: vengarse desenmascarando a los asesinos de su hija.

Cuando pensábamos que la promesa que parecía abrir hace ya algunos años el canadiense Steven Soderbergh se había cerrado, dado su deriva hacia el cine más descaradamente comercial (por ahí anda la reciente Erin Brockovich) hemos visto este film que hace renacer la esperanza de un cineasta que parece recuperar el firme pulso de su primera película (aquella, para mí, sobrevalorada Sexo, mentiras y cintas de vídeo).

Y es que The Limey se nos muestra como un filme hecho con libertad e independencia y donde Soderbergh ha guiado todos los elementos con pulso seguro, dando rienda suelta a su inspiración de cineasta que quiere hacer el cine que le gusta.

Así The Limey, sin ser un experimento cinematográfico minoritario y genial, sí es un una película más que interesante, que retoma algunas ideas recurrentes del cine de su director.

Un film que se ve con agrado y se sigue con interés dado que está enmarcada en el género del cine negro, con el aliciente de estar interpretado por dos viejas glorias del cine de hace varias décadas, Terence Stamp y Peter Fonda, que convierten la película a decir de su director  en “un film de venganza muy sencillo con mucho bagaje de los 60” y como un homenaje nostálgico de un cine que ya no se hace.

Pese a la cortante violencia que respira toda la cinta, el autor de Sexo, mentiras y cintas de vídeo no ha abusado de acciones violentas, tiroteos por doquier y persecuciones espectaculares.

Ha montado el film, rodado con la libertad de una cámara en mano, mezclando los tiempos narrativos y convirtiendo la película en una especie de puzle, donde el espectador tiene que encajar el presente con el pasado y el futuro sin mucho esfuerzo.

Este experimento, en cierta medida domesticado, merma en algo la tensión e intriga de la narración. De todos modos es un film inteligente y a ratos apasionante, que se sale de la mediocridad estandarizada de este tipo de películas y que hace esperar todavía del genio que parecía ya apagado de su director. (José Luis Barrera – encadenados.org)