En 37 Seconds Yuma es una joven japonesa que sufre de parálisis cerebral. Dividida entre sus obligaciones familiares y su sueño de convertirse en una artista de manga, lucha por llevar una vida independiente.

Premio del Público en la Sección Panorama del Festival de Berlín 2019

  • IMDb Rating: 7,4
  • RottenTomatoes: 86%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

“37 segundos sin oxígeno cambiaron su vida. Pero está lista para recuperar el tiempo perdido y crear su propio mundo”, define la sinopsis de Netflix a 37 Seconds, la producción japonesa que ganó el Premio del Público de la sección Panorama de la última Berlinale y que desde hace unos días puede verse en la plataforma de streaming. “Recuperar el tiempo perdido” es, en este caso, un eufemismo para señalar el arco de redención que atravesará su joven protagonista.

Hay varias películas conviviendo dentro del primer largometraje de la directora Hikari (firma así, a secas, aunque su nombre real es Mitsuyo Miyazaki). La parte inicial registra el día a día de Yuma, una mujer con discapacidad motriz de 23 años que se mueve por toda la ciudad en silla de ruedas, casi siempre bajo la estricta mirada de su madre sobreprotectora, y trabaja como ilustradora para una reputada artista del animé. Artista que, desde ya, no está muy de acuerdo con que la autora de varias de sus viñetas más exitosas salga a la luz.

La segunda aborda justamente la industria del animé, a la que Yuma quiere pertenecer de manera más directa que a la sombra de su jefa. Pero hay dos problemas: uno es que pocas editoriales aceptan trabajos de extraños; el otro tiene que ver con que la única que la acepta es una especializada en animé pornográfico, un tema del que Yuma, virgen y sin roce alguno con un hombre en su vida, desconoce. Cuando reciba como devolución la obligatoriedad de darle más realismo a sus trazos, la muchachita iniciará un largo recorrido de iniciación y descubrimiento.

37 Seconds va de una frialdad y distancia casi documental a un tono celebratorio de la vida, bien reconfortante para el espectador, que explica muy bien por qué se llevó ese Premio del Público en Berlín. La aparición de varias personas de ese nuevo ambiente artístico en la vida de Yuma funcionará como puntapié para que Hikari encauce la historia hacia un desarrollo tranquilizador y concesivo, priorizando la moraleja fácil por sobre el desarrollo dramático. (Ezequiel Boetti – OtrosCines.com)