Día: 27 de febrero de 2024

  • Nightmare (Freddie Francis – 1964)

    Nightmare (Freddie Francis – 1964)

    En Nightmare Janet estudia en una escuela privada. Sus noches se ven perturbadas por horribles sueños en los que ve a su madre, que se encuentra recluida en un asilo psiquiátrico. Expulsada del colegio, a causa de sus persistentes pesadillas, Janet regresa a su casa, donde los sueños continúan.

    • IMDb Rating: 6,7
    • RottenTomatoes:

    Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

     

    Surgida de la mente de Jimmy Sangster (1927-2011) y llevada a la pantalla por Freddie Francis (1917-2007), Nightmarees una película, producida por la Hammer, enclavada dentro del denominado Terror Psicológico. A raíz del éxito de Psycho (1960), surgieron no pocas películas que seguían las constantes marcadas en esa producción. Films como Paranoiac e Hysteria, ambas de Freddie Francis o Taste of Fear, de Seth Holt, marcaron un antes y un después dentro de la mítica productora y, por extensión, dentro del cine facturado en las islas. A pesar de ser consideradas por muchos aficionados como meros productos alimenticios que explotaban la fama de la película de Hitchcock, lo cierto es que éstas tenían un alma propia muy marcada que, dentro de las limitaciones presupuestarias y de un concepto más clásico y formal, ofrecían buenos momentos de terror y en algunos casos, como la película que hoy nos ocupa, productos verdaderamente interesantes y muy aprovechables. Nada mejor que un pequeño esbozo del argumento para ponernos en marcha: Janet (Jennie Linden) es una joven que está internada en un colegio privado para chicas con problemas de conducta. Janet tiene horrorosas pesadillas nocturnas, que giran alrededor de su madre (ingresada en un asilo psiquiátrico por haber asesinado a su marido). Debido a estas pesadillas el centro decide devolver a la chica a su hogar. Una vez en la casa y a pesar de que en un principio parece que nota cierta mejoría, las pesadillas no hacen más que recrudecerse, a la par que la estabilidad mental de Janet se desmorona. Esta situación desemboca en una violenta crisis que acaba en un asesinato y la chica es ingresada en un sanatorio mental.

    Efectiva y muy entretenida, Nightmare navega entre dos aguas o géneros, ambos muy bien representados, por un lado tenemos el tema sobrenatural que Freddie Francis se preocupa en mantener durante buena parte del metraje, la labor en este sentido es impresionante, creando una atmósfera de peligro constante que ayuda a no perder el interés por lo que estamos viendo; por otro lado cuando el elemento sobrenatural está agotado, debido a ciertos giros del guión que diluyen esta sensación, Francis se dedica a jugar con los personajes y las situaciones, creando una trama en la cual el suspense va “in crescendo”, hasta desembocar en un final más efectivo que efectista, que, sin embargo, no quita ni un ápice de interés a la película y no provoca ninguna desilusión en el espectador. La conjunción de estos dos elementos es, sin duda, el motor principal durante todo el metraje, creando una perfecta simbiosis entre el guión y su plasmación en celuloide, que amparándose en una brillante y perfecta fotografía en blanco y negro, a cargo de John Wilcox, pero sospecho que Francis también se implicó en el asunto, crea un aura irreal y fantasmagórica en la cual la realidad se ve constantemente distorsionada, que aumenta considerablemente el poder visual y narrativo de Nightmare.

    El tratamiento dado a los protagonistas es correcto y muy ajustado, siendo curiosa la gran simpatía que provoca Janet en el espectador, su aislamiento social y por consiguiente su cada vez más cerrado mundo interior (destrozado, alucinado) está muy bien marcado, con un tempo narrativo que disecciona el entorno opresivo que envuelve a la protagonista, y lo convierte en una parte más de la historia. Pero no sólo la protagonista tiene un desarrollo y un tratamiento psicológico relevante, el resto de papeles, cada uno en su justa medida, es un compendio de pequeños detalles que conforman personalidades únicas, que sirven para llevar la historia en volandas hasta su sorpresivo final. Jimmy Sangster demuestra, con un libreto sorprendente, la versatilidad que le haría famoso, el guión toca diferentes elementos, pero sin incidir ni ser excesivamente pesado con ninguno de ellos, es, pues, un texto ágil con suficientes aristas para lograr que la intriga no decaiga en ningún momento; como en casi cualquier película de terror psicológico, hay momentos o secuencias un tanto intrascendentes o previsibles, pero el global es, en este caso, de notable alto y, quizás, uno de los más redondos de este artesano, nunca suficientemente valorado.

    También es justo recordar la escena inicial de Nightmare, una perfecta y escalofriante pesadilla, filmada con esmero, que anticipa todas las virtudes que atesora esta pequeña obra maestra, pocas veces la Hammer tuvo un inicio tan, pero tan, poderoso. Poco más voy a añadir, totalmente recomendada para todos los fans de la Hammer y del suspense, una joya verdaderamente brillante, que necesita ser reivindicada, pues no es justo el desconocimiento que sobre ella pesa. (RawPower – Es.PaperBlog.com)

  • Shortcomings (Randall Park- 2023)

    Shortcomings (Randall Park- 2023)

    En Shortcomings un trío de jóvenes del Área de la Bahía, Ben Tanaka, Miko Hayashi y Alice Kim, navegan por una variedad de relaciones interpersonales, atravesando el país en busca de la conexión ideal.

    • IMDb Rating: 6,4
    • RottenTomatoes: 85%

    Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

     

    Hay una serie de discusiones temáticas y formales que conforman el núcleo central de Shortcomings, film que se presenta con aspecto de comedia romántica pero que en realidad es otra cosa. La opera prima del actor de Ant-Man, basada en la novela gráfica de Adrian Tomine, es más que nada el retrato de un joven californiano de ascendencia asiática –más específicamente, japonesa– que atraviesa una serie de complicados procesos en su vida, unos que bien podría entrar en la categoría de «historia de crecimiento». Solo que con un tipo de veintipico como protagonista.

    Ben (Justin H. Min) es cinéfilo, estudió cine y quiso (o quiere) ser cineasta, pero a falta de ideas hoy se contenta trabajando como manager de un cine de arte en Berkeley. La película que vemos de entrada, sin embargo, no es Shortcomings ni una suya, sino una comedia romántica con protagonistas asiáticos que Ben está viendo con su pareja Miko (Ally Maki) en un festival de cine. Ella la disfruta pero a él no le gusta nada. Es que Ben se considera un cinéfilo duro (mira clásicos de Truffaut, Cassavetes y Ozu en su tele todo el día) y este tipo de comedias familiares y accesibles no le mueven un pelo. Y no le parece suficiente con que sus protagonistas sean asiáticos. La idea de «representación» por sí sola no le alcanza.

    Pronto veremos su vida cotidiana. Con su novia tienen una relación tensa y él parece llevarse mejor con Alice (la actriz que la interpreta responde al curioso nombre de Sherry Cola), su mejor amiga, que es coreana y lesbiana y con la que coinciden en tono y códigos. Miko descubre que Ben mira pornografía con chicas blancas y le recrimina esa obsesión que el muchacho tiene con ellas. Antes vimos cómo Ben recibió a una rubia hipster que empezó a trabajar en su cine y nos queda claro que es bastante cierto. Y es así como, de un día para otro, Miko le cuenta que se irá tres meses a Nueva York a hacer una pasantía laboral. Y ambos deciden «tomarse un tiempo».

    Ben lo ve como una oportunidad para salir con esa y otras chicas –sí, todas blancas–, pero pronto se da cuenta que extraña a Miko, que casi no le contesta sus llamados ni mensajes. En el medio, Alice se va también de viaje y el mundo empieza a caérsele encima a Ben. Pero lo más interesante que propone el film de Park es que su protagonista es un tipo bastante desagradable: snob, creído de sí mismo, egoísta, muy desatento con los demás. Uno tiende a identificarse con los narradores que nos cuentan sus penurias amorosas y personales, pero acá vemos de un modo bastante claro que él es casi siempre responsable de lo que le pasa.

    Así, Shortcomings se volverá una comedia dramática de esas que empiezan cuando las comedias románticas habitualmente terminan, con una pareja ya armada y los problemas que tienen estando juntos. Pero, en el fondo, la película pone en discusión una serie de temas ligados a la experiencia asiático-americana. Por un lado, a través de una trama en la que todo el tiempo se discute esa pertenencia y los deberes, compromisos y problemas que eso implica para los tres protagonistas por igual. Y, por otro, en la propia forma del film de Park, que empieza –tomando el punto de vista de Ben–como una crítica de las películas «accesibles» para terminar siendo exactamente eso.

    De todos modos, la rara distinción de Shortcomings pasa por su subyacente oscuridad, por la manera en la que las formas aparentemente amables y clásicas de su relato no logran ocultar lo que es una mirada muy áspera y crítica respecto a las acciones de su protagonista. Lo que Tomine ensaya aquí –y Park transforma en imágenes– es una suerte de autocrítica sobre su relación con el cine, su sensación de superioridad ante los otros y la ambigua conexión que tiene con sus raíces. Todo en principio muy simpático y leve, pero con un trasfondo mucho más amargo de lo que parece. (Diego Lerer – MicropsiaCine.com)