Día: 16 de marzo de 2023

  • The Cider House Rules (Lasse Hallström – 1999)

    The Cider House Rules (Lasse Hallström – 1999)

    The Cider House Rules Homer Wells ha vivido durante toda su vida entre las paredes del aislado orfanato de St Cloud. Cuando llega a la adolescencia, el director del centro, el doctor Larch, lo prepara para ser su sucesor. Pero el joven siente la necesidad de abandonar el orfanato y conocer el mundo. Cautivado por la belleza de una chica que visita el orfanato, Homer decide que ha llegado la hora de partir

    Mejor Actor de Reparto y Mejor Guión Adaptado en los Premios Oscars 1999
    Mejor Actor secundario en los Premios BAFTA 1999
    Mejor Guión 1999 para la National Board of Review (NBR)

    • IMDb Rating: 7,4
    • RottenTomatoes: 77%

    Película / Subtítulo (Calidad 1080p)

     

     

    La novela de John Irving que el director sueco Lasse Hallström tomó en sus manos contaba con todos los ingredientes para convertirse en una maratón sumamente empalagosa. Por un lado, la amistad teñida de relación paterno-filial entre un joven y un anciano, destinada a resquebrajarse cuando el muchachito hace sus valijas para buscar su lugar en el mundo. Por el otro una historia de amor intenso y desgarrado entre ese mismo joven y una campesina muy hermosa. Si de riesgos potenciales se trata, también hay que contabilizar una puesta en época que nos sitúa en 1943 sobre la geografía de Maine, surcada por las praderas más bucólicas del planeta (como de Sarah Kay), y el hecho de que buena parte de The Cider House Rules transcurre en un orfanato. Parte del mérito de Hallström y del propio Irving, quien ofició de guionista, pasa por demostrar que la orfandad, la amistad y el amor –y por qué no, las lágrimas– son una cosa y la cursilería, otra.

    Y si la línea que las separa siempre resulta tenue, su trazado pasa fundamental, aunque no exclusivamente, por las actuaciones. Aquí tenemos a Michael Caine, uno de los intérpretes más notables de todos los tiempos, que a los 67 abriles parece haber alcanzado la plenitud de sus formas. El doctor Larch, que de él se trata, disfruta como pocos de su trabajo. Tiene a su cargo el orfanato de Saint Clouds, en Maine, poblado de chicos a los que trata como a sus hijos. Cada noche los invita a dormir con las mismas palabras, majestuosamente entonadas: «Buenas noches, príncipes de Maine, reyes de New England…». Caine debe ser el único actor capaz de mover al llanto, y no a la burla, con una frase así. En el más crecido de esos hijos –Homer– Wilbur Larch puso todas sus expectativas. Y le transmitió cada uno de los secretos de su arte, lo que incluye el cuidado de los infantes, claro está, pero también otra habilidad: el doctor Larch practica abortos seguros a las mujeres que se lo piden. Esta polémica institución nunca se había paseado tan naturalmente por la pantalla. Más bien reacio a las prácticas, Homer confronta con Larch en un tono más adulto –y decididamente más genuino– que el de la mayor parte de los debates televisivos entre «expertos»: no se discute la vida y la muerte sino la calidad de vida; el tema no se limita a los bebés («¿por qué no los llaman fetos?», se exaspera Larch) sino que abarca las expectativas de vida de las madres, de esas madres que ya decidieron abortar. Homer recayó en el estupendo Tobey Maguire (Pleasantville), quien se ocupa de dar por tierra con otras confusiones milenarias: luce tierno, bienintencionado, inocente; nunca despistado, idiota o infantil. Entre Caine y Maguire hay más química que la que supieron conseguir cien parejas estelares de «éxitos hollywoodenses»… ¡y eso que no se besan!

    El punto de inflexión en The Cider House Rules se produce cuando Homer, ya veinteañero, cambia el orfanato por una finca en la que debuta como recolector de manzanas. El anciano sufre por la partida de ese hijo «al mundo». Pero la relación no queda trunca; el montaje alterno y un módico intercambio epistolar la presentizan manteniéndola inconclusa, abierta, en saludable flotación emocional. De eso se trata: The Cider House Rules es un formidable paseo por las emociones. Que se complementan con la derivada de otro amor, el que irrumpe de la mano de esa actriz tan bella (y parecida a Marylin) llamada Charlize Theron. Candy acelera el movimiento de la nueva vida de Homer de manera exponencial, asomándolo a los conflictos amorosos cuando el chico aún no termina de digerir ese «mundo» que hacía penar a su tutor. Lasse Hallström (¿A quién ama Gilbert Grape?) se da maña para hilvanar estas y otras peripecias (acaso sobra una, que no es dable revelar) con el debido respeto por la respiración dramática. El ritmo es siempre apasible y, a la vez, asombrosamente denso en temas –el aborto, la infidelidad, el incesto– de esos que suelen encauzarse por la vía rápida (y a los gritos).

    Vayan, vean… lloren. No todos los días se presenta una oportunidad así. (Guillermo Ravaschino – Cineismo.com)

  • Gods of Molenbeek (Reetta Huhtanen – 2019)

    Gods of Molenbeek (Reetta Huhtanen – 2019)

    En Gods of Molenbeek creciendo en el barrio de Molenbeek, en Bruselas, entre atentados suicidas y patrullas policiales, los amigos Aatos y Amine se plantean grandes preguntas existenciales que han ocupado a pensadores y teólogos desde el principio de los tiempos. ¿Existe un poder superior? ¿Es la naturaleza un dios? Con una claridad refrescante, los niños de seis años reducen la espiritualidad a sus principios básicos y cuestionan el propio conocimiento. El modo en que estos niños dan sentido a lo insensato y reflejan su entorno a través de la fantasía puede enseñar mucho sobre cómo y cuándo los humanos se separan de su humanidad.

    • IMDb Rating: 7,3

    Película (Calidad 1080p. La copia viene con subs en varios idiomas, entre ellos el español)

     

    Es difícil encontrar otro lugar en Europa que se haya hecho tan famoso en los últimos años como el distrito Molenbeek de Bruselas. Pero aunque la directora finlandesa Reetta Huhtanen descubra su reciente mala fama de “hervidero de yihadistas”, está lejos de condenar a sus diversos habitantes. En su primer documental, Gods of Molenbeek, que inaugura la presente edición del Festival de Cine DocPoint de Helsinki, ese lugar que ha generado titulares acusatorios es, ante todo, un hogar.

    O eso parece para los niños que viven allí, de orígenes completamente distintos y que apenas son conscientes de ello. El chileno-finlandés Aatos, el musulmán Amine y la sensata Flo están acostumbrados a cantar “Cumpleaños feliz” en cada lengua que conocen; y, gracias a ellos, este modesto documental es encantador. Casi toda la película se desarrolla como un anuncio de Benetton donde unos niños de Bullerbyn multiculturales juegan y escuchan a las arañas, mientras la cámara los sigue al nivel de sus ojos. Hannu-Pekka Vitikainen, en su doble papel de productora y cinematógrafa, ha grabado todo en cuclillas (después de un rato, uno empieza a preocuparse por sus rodillas).

    Rápidamente, Gods of Molenbeek toma forma de película gracias a sus diálogos. En parte porque Aatos, que podría haber tenido conversaciones profundas con Jean-Pierre Léaud en Los 400 golpes, es un niño muy curioso (en especial, cuando se trata de religión). “¿Dios existe? Supongo que sí pero sólo en las historias finlandesas,” dice, pero su interés va más allá, reforzado por su mejor amigo y vecino Amine. Aatos se enfrenta constantemente a “Su” presencia y se asusta cuando otros niños lo engañan para que crea que en realidad está comiendo cerdo. “No sé si lo sé,” dice cuando le preguntan por qué no se le permite comerlo, pero él está convencido de que es una característica de un auténtico musulmán. Es esa clase de película donde las reflexiones sobre la identidad se mezclan con un comentario sobre el martillo de Thor y los hábitos alimenticios de un erizo.

    Aunque la temática y la ejecución nos resulten familiares, se trata de un trabajo muy bien hecho (en especial, cuando Huhtanen evita intencionadamente adentrarse en el terreno de lo “cursi”, gracias a la divertida Flo, que amenaza con robar el protagonismo). “Si crees en Dios, estás loco. Y si te vuelves loco, deberías decírmelo”, le dice a Aatos sobre su repentino interés por la espiritualidad. Pero aunque parezca adorable, pronto empiezan a aparecer las primeras señales de maldad en forma de murmullos que cada vez se oyen más altos y claros. Los niños, antes ajenos al sonido de las sirenas, pronto ven cómo los policías revisan sus mochilas y empiezan a distanciarse. Debería ser una película sobre Molenbeek pero, en realidad, es sobre hacerse mayor, como dice Flo, “con problemas, accidentes y mal tiempo”. Y fronteras. (Marta Balaga – CinEuropa.org)

  • To Leslie (Michael Morris – 2022)

    To Leslie (Michael Morris – 2022)

    To Leslie cuenta la historia de Leslie, una madre soltera del oeste de Texas, que hace seis años ganó la lotería pero rápidamente despilfarró el premio, gastándolo todo en fiestas y alcohol. Desahuciada, acude a su hijo en un intento de recuperar el rumbo de su vida. Basada en hechos reales

    • IMDb Rating: 7,1
    • FilmAffinity: 6,7

    Película / Subtìtulo (Calidad 1080p)

     

    Muy pocos habían visto To Leslie, la ópera prima de ese veterano de las series que es Michael Morris, que casi no se proyectó en salas de cine, hasta que varias reconocidas actrices comenzaron a hacer una campaña espontánea para que la intérprete inglesa consiguiera una nominación al premio de la Academia de Hollywood. Una épica de segundas oportunidades que tiene unos cuantos puntos en común con la historia que el film narra.

    Antes de ir al análisis de los múltiples hallazgos y mínimos problemas de To Leslie es interesante hacer un poco de historia, porque es tan interesante como la propia película. Esta producción independiente de bajísimo presupuesto (se rodó en apenas 19 días y con no más de dos tomas por plano) es el primer largometraje de un veterano del mundo de la TV como Michael Morris, quien ha dirigido episodios de una veintena de series como Bloodline, House of Cards, Kingdom, Halt and Catch Fire, Shameless, Billions, 13 Reasons Why y Better Call Saul (cinco capítulos).

    Su estreno mundial se produjo en marzo de 2022 en el Festival SXSW con mayoría de buenas críticas (sobre todo a la actuación de Andrea Riseborough), pero luego no pasó demasiado. El film tuvo una distribucón muy limitada y casi en simultáneo llegó al VoD.

    A Riseborough no la nominaron al Globo de Oro, a los Critics Choics ni a los SAG Awards, los premios del sindicato de actores y actrices. Los primeros en reconocer a esta artista nacida hace 41 años en Newcastle fueron los votantes de los Independent Spirit Awards y desde entonces un fenómeno inédito empezó a ocurrir en la trastienda de Hollywood.

    Por su larga experiencia en la industria y por estar casado con la actriz Mary McCormack, Morris es un tipo querido y con muchas conexiones. El manager de Riseborough, Jason Weinberg, es de los mejores de Hollywood y entre todos iniciaron una campaña artesanal en favor de la nominacón de la intérprete británica. Armaron un chat en WhatsApp que fue ampliándose, organizaron proyecciones e invitaron a figuras que amaban la película como Charlize Theron o Gwyneth Paltrow para que las presentaran.

    A las pocas semanas ya eran decenas las actrices que en sus redes sociales o escribiéndoles a otras votantes de la Academia se pusieron la camiseta de Riseborough: Kate Winslet, Susan Sarandon, Helen Hunt, Zooey Deschanel, Melanie Lynskey, Mira Sorvino, Rosie O’Donnell, Minnie Driver, Frances Fisher, Rosanna Arquette, Debra Winger, Patricia Clarkson, Sarah Paulson, Jennifer Aniston, Courteney Cox, Demi Moore, Jamie Lee Curtis, Jane Fonda, Michelle Monaghan, Laura Dern, Kim Basinger y Amy Adams, entre otras.También la apoyaron hombres como Edward Norton, Greg Kinnear, Alan Cumming, Howard Stern y Marc Maron, brillante coprotagonista del film y host de WTF, uno de los podcasts más populares de los Estados Unidos, quien invitó a su compañera de elenco a uno de los episodios, pero quizás el momento más impactante de todos fue cuando Cate Blanchett, en su discurso de agradecimiento tras ganar el premio Critics Choice por Tár, dijo que Riseborough merecía esa distinción. El efecto bola de nieve a esa altura ya era imparable.

    De todas formas, esos “especialistas” que viven de predecir los nominados al Oscar en sitios como Variety o Gold Derby jamás la pusieron entre las favoritas. Hasta que este martes 24 de enero, con el anuncio de la nominación para Riseborough como mejor actriz protagónica, quedó expuesto en toda su dimensión el poderío de esta movida en muchos casos espontánea y que ahora empieza a ser estudiada por los ejecutivos de marketing que destinan millones y millones de dólares a campañas (el universo del «For Your Consideration») que no consiguen el mismo efecto.

    Riseborough trabajó en Brighton Rock, Shadow Dancer, Birdman, Mandy, The Death of Stalin, Luxor y Possessor, por citar solo algunos títulos, pero nunca alcanzó un reconocimiento como el que consiguió por su desempeño en To Leslie, al que varios elogiaron con frases del estilo “una de esas actuaciones que marcan, definen y justifican una carrera”.

    La pregunta obvia luego de apreciar semejante fenómeno artístico (y diría que hasta social) es si la actuación de Riseborough está a la altura de las circunstancias y justifica tanta movilización. La respuesta es un sí mayúsculo y contundente. Riseborough interpreta a la Leslie del título, una madre soltera de Texas (que una inglesa maneje con tanta soltura el acento texano es como si una actriz española tuviera que aprender la tonada cordobesa) que cae en una pendiente que parece no tener fondo.

    Mientras aparecen los créditos iniciales vemos que Leslie ha ganado 190.000 dólares en la lotería y lo celebra siendo entrevistada por la televisión local. Asegura ante las cámaras que usará ese dinero para el bienestar de su hijo James, por entonces de 13 años, pero la acción salta 6 años y vemos que la protagonista ha dilapidado la fortuna y se ha convertido en una alcohólica a la que echan de moteles por falta de pago.

    Sin otra opción, va al reencuentro de James (Owen Teague), ya de 19, quien a regañadientes acepta cobijarla por unos días en su departamento. Pero la adicción de ella y los lógicos resentimientos de él (que ha sido abandonado) hacen imposible la convivencia. De rechazo en rechazo, Leslie volverá también por un breve tiempo a la casa de Nancy (Allison Janney) y Dutch (Stephen Root), un matrimonio cercano a la familia, con quienes rápidamente entra en un cortocircuito total.

    Pero dijimos que estamos frente a una historia de redenciones y segundas oportunidades, así que fruto de las casualidades ella terminará siendo refugiada y empleada como mucama por Sweeney (Marc Maron, en una de sus mejores trabajos actorales), quien maneja un motel de la zona. No contaremos más sobre cómo se desarrolla esta tragicomedia -inspirada en un caso real- que transcurre no solo en esos decadentes moteles sino también en bares donde muchos hombres van “de levante” y fiestas populares donde suena música country.

    Puede que el guion de Ryan Binaco tenga algunas resoluciones algo convencionales y demagógicas, pero To Leslie jamás deja de ser una película sensible (por momentos incluso conmovedora). No estamos frente una propuesta que vaya a cambiar los estamentos del cine contemporáneo y hasta podría ser desestimada desde cierta mirada cínica, pero es un cuentito muy bien contado que encuentra en la deslumbrante, sublime interpretación de Riseborough su razón de ser. Impulsiva, manipuladora, violenta, dependiente, frágil y vulnerable a la vez, llena de traumas pero también de sueños y deseos, su Leslie es un ser complejo e impredecible al que cada gesto y palabra de la actriz dota de nuevos matices y alcances. Una auténtica masterclass de actuación. (Diego Batlle para Otros Cines)